jueves, 2 de junio de 2011

TRABAJO FINAL Laboratorio Multimedia I - Mariano Pallotti ¿Autódromo o ilusionódromo?

¿Autódromo o ilusionódromo?


    En abril de 1981, Gabriel García Márquez, publicaba Crónica de una muerte anunciada, hoy 30 años después, el título de la magnífica obra se podría trasladar perfectamente a Rosario y más precisamente al Autódromo “Juan Manuel Fangio”, ya que en cuestión de días, el trazado rosarino pasaría de ser un autódromo modelo en la década del ’80 a un mero terreno potencialmente fantástico para dos sectores totalmente opuestos, un emprendimiento habitacional de alta alcurnia o un asentamiento irregular.
    Lamentablemente todos los amantes del deporte motor, sobre ruedas, se quedarían sin autódromo, ya que un grupo muy reducido de vecinos de alto poder político y económico que bordean el predio ubicado en la avenida Jorge Newbery, junto a la complicidad de algunos políticos locales, se han obsesionado en concretar, de una vez y para siempre, la desaparición del predio que data desde 1961.

 

    Mediante el apoyo de la justicia local, se fulminará la ilusión de muchos rosarinos y de ciudades y pueblos aledaños; convirtiéndose en lo que se venía presintiendo y que ya es casi un hecho, a raíz de las interminables mentiras; la cruda realidad aterrizará en el transcurso del vigente año. Rosario ya no tendrá autódromo. Y de una vez y para siempre, los oídos de los rosarinos ya no serán engañados por las calumnias de quienes no entienden absolutamente nada del tema.
    En marzo de 1996 se corrió la última carrera de TC 2000, y desde allí y hasta el día de hoy, en la República Argentina se inauguraron 9 autódromos (La Plata, Mar de Ajó, Olavarría, Río Gallegos, Viedma, San Luis, Río HondoPotrero de los Funes y Neuquén) y está próximo a inaugurarse el de  Junín. Además, en este lapso de tiempo se extendieron el perímetro de los circuitos de Paraná, Alta Gracia, Río Cuarto, Trelew, Salta, Pigüé, San Rafael, Comodoro Rivadavia, General Roca (Rió Negro), San Jorge (Santa Fe), Posadas, Oberá, Resistencia y La Rioja; mientras que están en proyecto de alargues y reformas los trazados de Concordia, Mar del Plata, Las Flores y Allen.
    Ejemplo a seguir son estas 26 ciudades que construyeron, construyen, actualizan o actualizarán sus escenarios para recibir a las categorías nacionales más importantes del país, apoyadas por gobiernos provinciales y municipales, mientras que los autódromos son manejados y asesorados por asociaciones civiles sin fines de lucro empapadas en el tema. Hoy en nuestra provincia sólo existen dos autódromos, el Óvalo de Rafaela, donde solamente corre el Turismo Carretera y el Parque de la Velocidad de San Jorge, en el cual solamente concurre el Turismo Nacional.
    Mientras tanto en la "invencible" Provincia de Santa Fe dejaron de tener actividad nacional y desaparecieron los autódromos de  Maggiolo en 1994, Las Parejas en 1998 y Avellaneda en 2002, mientras que el circuito rosarino en el año 2006 tuvo su última carrera nacional con la presencia del Turismo 4000 Argentino y si bien todavía no desapareció, si no se mejora, lo hará irremediablemente en muy poco tiempo.
    ¿Quienes estarán equivocados, los gobernadores e intendentes de las provincias y ciudades en que se hacen autódromos o en las que se cierran? ¿Estará informado el ídolo máximo del automovilismo de los últimos 50 años, Carlos Reutemann, quien fue Gobernador de Santa Fe por 8 años, de esta realidad? ¿Sabrá el actual Gobernador Hermes Binner que en la provincia casi no quedan autódromos, mientras él apoya la realización de un callejero? Que no está mal, pero sí en una provincia que casi no colabora con los autódromos.
    Desde 1983 los Intendentes municipales de Rosario nunca hicieron nada. Horacio Usandizaga de 1983 a 1989, Héctor Caballero de 1989 a 1995, Hermes Binner de 1995 a 2003 y Roberto Miguel Lifschitz desde el año 2003 hasta estos días. Ninguno de ellos tomó la decisión correcta para que Rosario tenga un autódromo de verdad y deje de pasar un papelón a nivel nacional.
    Algunos dicen que la actual ubicación del autódromo es mala pero, en qué otro predio en Rosario se puede construir un Complejo Automovilístico para la realización de otras actividades como exposiciones, ferias, encuentros, recitales, escuelas de conducción, talleres educacionales, etc., en un predio de más de 120 hectáreas, sin cortar un solo árbol del Bosque de los Constituyentes e integrándolo al predio como en los autódromos de Monza, Imola, Hockenheim, Nürburgring, Spa-Francorchamps, o los mejores de nuestro país.
    ¿En qué otro terreno, en Rosario, podrían estacionarse 30.000 autos dentro del predio? ¿En qué otro lugar en Rosario estarían los accesos de todas las rutas a menos de 10 km. (Ruta 21, Autopista a Bs. As, Rutas Provinciales 18 y 14, Ruta Nacional 33, Autopista a Córdoba, Ruta 34, Autopista a Santa Fe, el Puente a Victoria, la circunvalación y la AO 12)? Y todo esto, sin tener en cuenta que la designación del autódromo, en ese lugar, data de 1961 y que la primera carrera en pavimento fue en el año 1982, muchísimos años antes de que familias de alto poder adquisitivo se mudaran a las inmediaciones del Juan Manuel Fangio, consiguiendo esas tierras linderas por chauchas y palitos.

 

    Ya se cumplieron 127 meses de promesas, frustraciones, versos y mentiras. Diez temporadas automovilísticas perdidas, pero sin dejar de pagar sueldos a contadores y personal jerárquico, junto a viáticos, mantenimiento, seguros, combustible, teléfono y luz entre otros gastos. En total, más de $50.000 mensuales gastados para no organizar, ni generar un solo peso de ingreso.
    Evidentemente, la intendencia tomó apuntes y verificó que el autódromo o mejor dicho ilusionódromo o basuródromo, sin actividad genera cuentas negativas. Por ende, es inminente que Rosario tenga menores gastos. Finalmente los poderosos vecinos podrán firmar, de forma definitiva, el acta de defunción del autódromo, aunque tal vez en muy poco tiempo tendrán que ingeniárselas en cómo erradicar una villa de emergencia, ya que debemos tener en cuenta lo que sucedió en otros autódromos cerrados definitivamente y más aún, conociendo el predio como totalmente apto para un asentamiento irregular.
    Ojalá nuestros dirigentes despierten pronto de la larguísima siesta que están durmiendo, dejen de ilusionar efimeramente y se asesoren por entendidos, y así Rosario deje de ser una vergüenza automovilística nacional y pase a ser una de las plazas más importantes de país, a la hora en que se dispute una carrera y se trasladen más de 60.000 personas en un solo fin de semana, gastando, consumiendo y haciendo que nuestra ciudad tenga mayor vida y trascendencia, para que definitivamente sea la segunda ciudad de Argentina.
 
  Mariano Pallotti.-



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