sábado, 30 de abril de 2011

TP nº 2 Berenice Bruno- Andrea Peruzzi

Periodismo y Pasantes



En diferentes ámbitos del mundo de la comunicación también pueden verse reflejados los distintos procesos económicos y tecnológicos que se viven día a día, a veces parecen pesar demasiado sobre los hombros débiles de los que recién comienzan, tal es el caso de todos aquellos que eligen el oficio de sondear en las vías de la comunicación y ser productores de ella.
 Sobre esta plataforma se encuentran  grandes y pequeños medios, zares de la comunicación, productores de empresas privadas e independientes, comunicadores, periodistas y también aquellos que supieron improvisar la tarea de informar. Pero llegar a formar parte de esto no resulta tarea sencilla. Es sabido que tanto comunicadores como periodistas al finalizar sus estudios deben seguir intentando entrar, permanecer, crecer y a veces hasta resistir en el difícil mundo de la comunicación.
Trabajos a modo de colaboración, ad honorem,  sueldos magros,  y diversos sistemas de pasantías son instancias que los estudiantes o flamantes periodistas tienen que atravesar si quieren conseguir un lugar en los medios. Su paso por estos espacios le otorgará experiencia y nuevos conocimientos, pero también en ocasiones tendrán que soportar  vulnerabilidad y desprotección laboral. Ulises Moset estudió Comunicación Social en la ciudad de Rosario donde vive actualmente,  trabajó en diferentes medios de la ciudad y la provincia, y  hoy  se desempeña como periodista cultural multimedia enwww.clubdefun.com, y también realiza tareas de  prensa y comunicación en un programa  de la Secretaria de cultura de la Municipalidad de Rosario. Acerca de la difícil situación Moset opina que:
“El trabajador no es un numero y  hay un discurso que dice que las pasantías duran sólo un año, me parece que esta bueno que esa persona pueda mantenerse en ese lugar, y no que después de un año de trabajo sea desechada o reemplazada por otra. No está bueno que la empresa, el empleador o la institución tomen gente de esa manera. La pasantía me parece un producto de la flexibilización de la década de los noventa que tiene que ver con el retroceso de las conquistas laborales de los trabajadores y avance del liberalismo en todos los ámbitos de la economía y en entre ellos en la cuestión laboral. ”.
                             
Si nos remontamos al pasado seguro no han de haber existido  la cantidad de instituciones y escuelas privadas  que hoy se abocan a la formación de  futuros periodistas y  mucho menos pensar en la posibilidad de pasantías, ya que la  enseñanza se transmitía de una manera mucho más informal y generosa, pero que no significa que fuese poco eficaz. Hoy el mundo ha cambiado por completo y junto a el también la comunicación, y a la hora de salir al ruedo comunicadores y periodistas deben adaptarse a las nuevas herramientas tecnológicas, lograr adaptarse a sistemas de inserción laboral, y soportar las consecuencias de actuales y pasadas privatizaciones, sin embargo si hay objetivos claros los caminos se allanaran, porque como en toda profesión el factor actitudinal es la mayor cuota.




viernes, 29 de abril de 2011

Diseño editorial: fotomontaje en el periodismo

En la clase de mañana veremos algunos conceptos generales del fotomontaje aplicado al diseño editorial y periodistico.

Aquí algunos artículos interesantes sobre el tema:
Historia del fotomontaje
Lo mejor del diseño periodístico 2010
Diseño editorial: Blog de Juan Francisco Pérez Gaudio
Fotografía alterada en L.A. TIMES
Modificó una foto tomada en Beirut, los blogs lo denunciaron y se quedó sin trabajo
Un Madelman Secuestrado en Iraq
El mentiroso y el cojo (Apuntes sobre fotografías periodísticas trucadas)
El mentiroso y el cojo - 2º Parte

Además empezaremos a ver algunas herramientas de Photoshop para realizar nuestras propias imágenes editoriales. Luego veremos Phoenix, el software on line para editar imágenes de aviary.com

También comenzaremos a plantear el trabajo práctico nro. 3

¿Periodismo miltante o militancia en los medios?

La discusión sobre el rol que cumple el periodista en la sociedad, no es algo que pueda resultar novedoso ni tampoco alejado de los debates en universidades o de la sociedad en general. Pero al margen de esto, con el impulso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522 por parte del Gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner, el debate se amplió a más sectores de la comunidad.

Desde 2008 hasta la actualidad, el centro de atención se encuentra en el periodismo digital como relatores de la realidad desde un lugar intocable e inmaculado. Contra esta idea clásica surge el periodismo militante, termino ambiguo y que, a primera lectura, no define de manera clara la orientación del concepto.

Históricamente la función del periodista se apoyaba en  una ética profesional, donde los parámetros de objetividad no estaban en discusión. Así se presentaba un modelo privado de medios de comunicación masiva, solventado solo por la publicidad y ajeno a las presiones de los gobiernos. Sin embargo pese a la caída de esas ideas de un periodismo objetivo puro, la profesión se fue amoldando a un nuevo concepto de objetividad, como diría Humberto Maturana, a una objetividad entre paréntesis.

Ante esta caída del paradigma original, se fue haciendo fuerte un concepto definido por sus defensores como periodismo militante. Esta expresión que intenta desenmascarar al periodista y obligarlo a mostrar desde que lugar y que intereses defiende, trata de llevar tranquilidad al lector para que, en ultima instancia, no se sienta traicionado.

El programa de televisión 678 que se emite por el canal estatal es uno de los mayores exponentes del periodismo militante. Si bien nunca blanquea su condición de oficialista en su estilo deja bien en claro que la única verdad que existe es su verdad. Pero además de las opiniones de los periodistas, es interesante plantear cual es la opinión de los militantes sociales que tienen una opinión diferente sobre que debe entenderse por periodismo militante. 

Ernesto Torres, integrante de Indymedia Rosario - Medio autogestionado de la ciudad - quien se definió como militante social y periodista considera que en realidad el término periodismo militante es erróneo y lo correcto sería definirlo como comunicación popular, para lo que su medio intenta transmitir. Es así donde se puede ver el verdadero sentido de esta nueva forma de relatar la realidad, el objetivo es lograr que el pueblo sea escuchado y por diferentes canales que no sean ni oficialistas, pero tampoco corporativos.

Frente a esas corporaciones, dijo Torres, que hay otros medios que pretenden ser diferentes, "nosotros decimos quienes somos, revelamos nuestra ideologia, revelamos nuestra manera de pararnos politicamente en el mundo y decimos que hacemos una prensa subjetiva, una prensa militante". En caso del la militancia kirchnerista en los medios aclaró que "hay muchas militancias y nosotros tenemos una fuerte critica de la mismo porque creemos que hay mucho oportunismo".

Todo parecería resumirse en una pelea por el lenguaje, por ser llamados o no como periodistas, como si esto afectara fuertemente el ego de los que hoy defienden a capa y espada al oficialismo y temen mostrarse como verdaderos militantes.  Pero al final dejando de lado las confusiones en los términos y citando Horacio Verbitsky,  “Periodismo es difundir aquello que alguien quiere que no se sepa, el resto es propaganda”.



Entrevista a Ernesto Torres de Indymedia Rosario (4´25")



TP Nº2
Daniel Bressan
Luis Guzmán


Laboratorio Multimedia I: Mitos y realidades sobre Periodismo y Comunicación...

Laboratorio Multimedia I: Mitos y realidades sobre Periodismo y Comunicación...: "Muchos adolescentes se encuentran en una verdadera encrucijada a la hora de optar qué carrera estudiar apenas terminada la etapa secundaria...."

jueves, 28 de abril de 2011

Mitos y realidades sobre Periodismo y Comunicación Social

Muchos adolescentes se encuentran en una verdadera encrucijada a la hora de optar qué carrera estudiar apenas terminada la etapa secundaria. En los últimos años ha incrementado la cifra de inscriptos en la carrera de Licenciatura en Comunicación Social, a la hora de elegir un camino por el lado de comunicación, relegando, quizás al terciario en periodismo. ¿Por qué?, porque siempre está conceptuada mejor una carrera universitaria a una terciaria.

Claro está, que el principal interrogante es qué tiene comunicación social que periodismo no. En primer lugar, hay que aclarar que ambas carreras tienen similitudes pero no son las mismas. Para empezar, la licenciatura en Comunicación Social tiene una duración de cinco años y muchas de sus materias son anuales, y por el contrario, Periodismo es una tecnicatura que en la mayoría de las instituciones dura tres años y luego puede articularse un postítulo de dos años más. Para hacer una diferenciación a grandes rasgos, podría decirse que en comunicación hay una carga teórica más extensa que en la tecnicatura en periodismo, lo que resulta, de cierta forma, tener otras perspectivas, teorías y elementos a la hora de un análisis relacionado al campo comunicativo, cualquiera sea el tema. En cuanto a la carrera terciaria de periodismo, apunta más a la práctica cotidiana del periodista, en cuanto a su función de cómo dar la información necesaria para la sociedad.

El licenciado en comunicación social, Hugo Marengo, expresó al respecto que la Comunicación Social hace alusión a un campo disciplinar complejo (las ciencias de la comunicación) y que posibilita muchas lecturas. “En la comunicación social, su formación es más amplia, con profundización en el recorrido académico y de investigación, abordando distintos campos disciplinares que hacen a las ciencias de la comunicación y que la problematizan como lenguajes, tecnologías, epistemología, etc”, explicó. También definió al periodismo como una disciplina compleja, no en su definición, sino en una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Posee una formación eminentemente práctica, hace alusión a una actividad específica. Es la captación y el tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y puede ser una herramienta de la comunicación social si se lo piensa. Comunicación Social tiene un espectro más amplio y el periodismo puede entrar dentro este campo disciplinar.

Sin embargo, el titular del instituto TEA Rosario, Carlos Molfino, donde se dictan las carreras de Técnico Superior en Periodismo y Técnico Superior en periodismo deportivo, opinó que es un error el hecho de comparar ambas carreras, que, según él, son completamente antagónicas. A continuación, la opinión del titular sobre la comparación entre ambas carreras:










En lo que respecta al nivel académico, la diferencia radica en los tiempos, objeto y planes de estudio ( no es lo mismo una carrera de grado universitaria de 5 0 6 años de duración y una carrera terciaria de 3 años como máximo), en la formación obtenida y los recorridos realizados, pero básicamente un comunicador debe estar preparado para el análisis simbólico y real, en cambio un periodista, debe afrontar el hecho de saber implementar sus conocimientos técnicos de la mejor manera más “vulgar” para poder articular la información con el entendimiento de la sociedad.
Ahora bien, para mencionar algunas similitudes también es que ambos salen preparados, académicamente, para trabajar en cualquier medio. El hecho de que a la hora de la práctica uno se desempeñe mejor o más cómodamente que otro, es para debatir, pero en lo que concierne a la formación, ambas carreras la brindan. De diferentes maneras, pero las otorgan al fin. Muchas veces sucede que los comunicadores sociales son contratados en puestos más jerárquicos que los periodistas ya que cuentan con más herramientas teóricas a la hora de analizar, brindar, elaborar, o comunicar una información. El periodista, que también está formado, sólo se dedica a darla a conocer. Para Hugo Marengo, “un comunicador puede insertarse a nivel laboral tanto en el ámbito público como en el privado, a nivel de los medios masivos, a nivel institucional- organizacional y en el nivel educativo (como docente-profesor-capacitador)”. Debido al recorrido realizado a nivel de la carrera puede desenvolverse mejor que un periodista en el ámbito de una institución/ organización, no quedando sólo reducida su labor solamente a "hacer prensa".

Todavía existen muchas dudas sobre la comunicación social, y es por eso que hasta en Colombia se le discute su contenido.


A pesar de las similitudes que muchos plantean, hay estudiantes que optan por inscribirse en ambas carreras con el objetivo de engrosar su currículo a la hora de insertarse en el mercado laboral. Muchos declararon que estudian Comunicación Social porque es más enriquecedor en cuanto al plano teórico pero también van por Periodismo porque facilita mucho más el campo de la práctica cotidiana”. Carla Martí, es un ejemplo de ello. Está a punto de recibirse de periodista y, a su vez, está cursando tercer año de Comunicación Social y expresa el porqué de su desición:





Es por eso, que en muchas ocasiones hay personas que eligen estudiar más de una carrera porque temen que no sea suficiente el hecho de obtener sólo un título. Es que ya sea un comunicador social o un periodista, ambos profesionales se enfrentan al hecho de que hay casos en que no son periodistas los que salen diariamente a difundir información.


Para la periodista Hagar Blau "el periodismo es ante todo una función social ya que si no está en servicio de la sociedad pierde toda la autoridad en su profesión". "Mientras que los comunicadores sociales se dedican a una labor más investigativa, el periodista propiamente dicho sale de la facultad listo para la acción". Esta postura podria sonar superflua, sin embargo, es la más aceptada a nivel profesional. "En los medios de comunicación se prioriza al periodista antes que al comunicador, pero siempre se analiza al individuo en conjunto más allá de su nivel académico: la capacidad intelectual, la cultura general y la practicidad", concluyó Blau.





Grupo H:
Luciana Boglioli.
Juliana De Bernardi.
Rocío Galán.

Mitos y realidades sobre Comunicación Social y Periodismo

Muchos adolescentes se encuentran en una verdadera encrucijada a la hora de optar qué carrera estudiar apenas terminada la etapa secundaria. En los últimos años ha incrementado la cifra de inscriptos en la carrera de Licenciatura en Comunicación Social, a la hora de elegir un camino por el lado de comunicación, relegando, quizás al terciario en periodismo. ¿Por qué?, porque siempre está conceptuada mejor una carrera universitaria a una terciaria.

Claro está, que el principal interrogante es qué tiene comunicación social que periodismo no. En primer lugar, hay que aclarar que ambas carreras tienen similitudes pero no son las mismas. Para empezar, la licenciatura en Comunicación Social tiene una duración de cinco años y muchas de sus materias son anuales, y por el contrario, Periodismo es una tecnicatura que en la mayoría de las instituciones dura tres años y luego puede articularse un postítulo de dos años más. Para hacer una diferenciación a grandes rasgos, podría decirse que en comunicación hay una carga teórica más extensa que en la tecnicatura en periodismo, lo que resulta, de cierta forma, tener otras perspectivas, teorías y elementos a la hora de un análisis relacionado al campo comunicativo, cualquiera sea el tema. En cuanto a la carrera terciaria de periodismo, apunta más a la práctica cotidiana del periodista, en cuanto a su función de cómo dar la información necesaria para la sociedad.

El licenciado en comunicación social, Hugo Marengo, expresó al respecto que la Comunicación Social hace alusión a un campo disciplinar complejo (las ciencias de la comunicación) y que posibilita muchas lecturas. “En la comunicación social, su formación es más amplia, con profundización en el recorrido académico y de investigación, abordando distintos campos disciplinares que hacen a las ciencias de la comunicación y que la problematizan como lenguajes, tecnologías, epistemología, etc”, explicó. También definió al periodismo como una disciplina compleja, no en su definición, sino en una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Posee una formación eminentemente práctica, hace alusión a una actividad específica. Es la captación y el tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y puede ser una herramienta de la comunicación social si se lo piensa. Comunicación Social tiene un espectro más amplio y el periodismo puede entrar dentro este campo disciplinar.

Sin embargo, el titular del instituto TEA Rosario, Carlos Molfino, donde se dictan las carreras de Técnico Superior en Periodismo y Técnico Superior en periodismo deportivo, opinó que es un error el hecho de comparar ambas carreras, que, según él, son completamente antagónicas. A continuación, brinda su parecer:





Para la periodista Hagar Blau "el periodismo es ante todo una función social ya que si no está en servicio de la sociedad pierde toda la autoridad en su profesión". "Mientras que los comunicadores sociales se dedican a una labor más investigativa, el periodista propiamente dicho sale de la facultad listo para la acción". Esta postura podria sonar superflua, sin embargo, es la más aceptada a nivel profesional. "En los medios de comunicación se prioriza al periodista antes que al comunicador, pero siempre se analiza al individuo en conjunto más allá de su nivel académico: la capacidad intelectual, la cultura general y la practicidad", concluyó Blau.

¿Qué es lo que la sociedad piensa sobre la formación de los periodistas?


“La formación académica contribuye a generar un plus de significado cualitativo en el ejercicio profesional de los medios”

Así lo describió la Doctora en Comunicación Sandra Valdettaro, cuando se la consultó sobre si la falta de formación en las personas que trabajan en los medios afecta en la actualidad de los medios de comunicación. Además agregó “también hay casos en que buenos periodistas consiguen un desempeño de calidad a través de la auto-formación y la experimentación. Habría que realizar una investigación seria sobre este tema para evaluar la relación entre variables de desempeño profesional con la formación o no/formación académica.”

En una encuesta realizada sobre dicho tema los resultados muestran que el 47,1% de las personas creen que la formación es relevante a la hora del trabajo periodístico, un 35,8% dice que lo que realmente importa es la opinión de las personas y el restante 16,9% opina que ambas importan a la par.

Se consulto también si las personas que trabajan en los medios de comunicación deben ser periodistas recibidos. Contrariamente a lo que sucede en la realidad, los resultados muestran que el 54.7% de los encuestados piensa que es importante que las personas cuenten con un titulo que las habilite a trabajar en los medios decomunicación, el 41.1% dijo que no es relevante y el restante 3.7% cree que depende de otras variables.

La mayoría de las personsas admite que es valioso que el periodista tenga una formación previa antes de trabajar en los medios. Sin enbargo en el momento en que se consulto si se tiene interes por saber la formaciòn academica de algún periodista, que habitualmente sigue o piensa que posee credibilidad, el resultado nos muestra que el 43,4% tiene tendencia a informarse sobre su capacitación, mientras que el 56,6% no se interesa por investigar sobre la formación de los periodistas.

Otro dato a tener en cuenta en la encuesta realizada a un público local, es la respuesta a ¿Cómo ve el periodismo rosarino en la actualiadad? Ya que una escasa parte relato que lo observa bien, especificamente sólo el 11,3%, entretanto el 56,6% lo ve mal y el 32,8% revela que su estado es regular. Por su parte la Master en Ciencias Sociales , Sandra Valdettaro, responde la misma pregunta: “Creo que los medios en Rosario tienen mucho que ver con la propia fisonomía de la ciudad. Rosario sigue presentando una escala "humana", "amigable" podríamos decir, incluso con tonalidades provincianas o pueblerinas. Eso hace a su peculiaridad. Y dentro de esta peculiaridad también están los medios, ya que sin duda existen innumerables experiencias de medios rosarinos por fuera de los circuitos habituales que implican una fuerte experimentación con contenidos y lenguajes, pero simultáneamente los medios tradicionales -como el diario La Capital por ejemplo, o las radios AM- siguen pautando el "timing rosarino". Por ahora, entonces, veo una convivencia -más o menos armónica o conflictiva de acuerdo a los momentos- entre nuevos y viejos medios.”

Valdettaro confiesa que “indudablemente el periodismo en su conjunto está atravesando por una crisis de confiabilidad. Se trata de una manifestación de una crisis de confianza más general que atraviesa a todas las instituciones sociales (la política, la educación, etc.), que necesariamente afecta al futuro de las sociedades, ya que la función de "generación de confianza" es, justamente, uno de los procedimientos que la cultura tiene para reproducirse a sí misma en el largo plazo. Particularmente, en relación con el periodismo, es un proceso que creo empezó a manifestarse de una manera clara a partir de la digitalización. Es decir, los medios periodísticos on-line, con toda su serie de recursos, se transformaron no solamente en nuevas fuentes de información, sino también en un sistema de control instantáneo del propio periodismo. Hubo muchos episodios tanto en la prensa local como extranjera de desvelamiento de noticias o reportajes inventados, por ejemplo, que fueron minando progresivamente la confianza y el prestigio clásico del periodismo. Además, en la coyuntura actual del país, los grandes medios están operando como partidos políticos, con lo cual se alejan progresivamente de su función clásica y por lo tanto aumentan su desprestigio porque ello implica una fenomenal ruptura en los "contratos de lectura"

A continuación se detalla cuáles son los periodistas que los rosarinos eligen a la hora de confiar en la información y opinión que nos brindan.



Por su parte la forma en que los rosarinos se informan y el medio de comunicación que eligen muestra que no hay casi desigualdad entre la televisión 32,8%, la radio 30,1%, y los medios digitales 28,3%, pero queda muy relegado el diario impreso con un solo 9,4% del público encuestado.

Los últimos datos que nos brinda el sondeo realizado, nos informa sobre las carreras relacionadas al periodismo se conocen habitualmente, ampliamente “comunicación social” es la más votada. Estos son los resultados:


Cerrando la entreviasta a la profesora e investigadora de la carrera de Comunicación de la UNR, se le pregunto si las personas que egresan de carreras técnicas que no tienen una gran carga teórica (por ejemplo, periodismo o locución) se encuentran capacitadas para producir contenidos en los medios de comunicación, considerando que tienen como base solo lo aprendido en estas carreras.

“Si, creo que se encuentran capacitados, pero la formación teórica agrega elementos a los cuales me parece que no se accede en otro tipo de carreras. Creo que en relación con la producción de contenidos específicamente, esta diferencia se nota mucho y tiene que ver con la capacidad para contextualizar debidamente cada abordaje, tanto desde el punto de vista histórico, como sociológico, antropológico, discursivo, etc. Hay un género periodístico que en la actualidad tiene mucho desarrollo que es la crónica, y los buenos autores de crónica en su gran mayoría tienen una procedencia o literaria, o de ciencias sociales, porque implica un "modo de escritura" que está movilizando toda una serie de saberes. En eso, por ejemplo, se destaca la importancia de la carga teórica.”


Fragmento de la entrevista de Sandra Valdetarro




Baidon, Castagno, Gayoso

Estar preparado, esa es la cuestión

Paola Ríos
Lía Zone



Desde hace tiempo, los medios de comunicación tradicionales como la radio y la televisión están sufriendo cambios transcendentales en la llamada era de la información. El más resonante es el periodismo digital. Es un tema complejo, con múltiples definiciones, pero nos enfocaremos en una pregunta clave: ¿Los periodistas recién recibidos están preparados para entrar a trabajar en un medio digital?.




“Internet puede considerarse un sistema de información, un soporte de comunicación, o un medio de comunicación… hablamos de un sistema de información siempre que estamos ante un conjunto de elementos y procedimientos que permite producir, compilar y almacenar datos”. Esta fue la respuesta de Joao Canavilhas, ante la pregunta ¿Internet es un medio de comunicación?.
Lo que se cuestiona actualmente es si los periodistas recién recibidos están capacitados para desenvolverse en un medio digital, es decir si en las instituciones en las cuales se formaron, cuentan con las herramientas necesarias a nivel académico para formar un periodista ha trabajar en un medio digital.
Según José Elmir, director de 30Noticias – www.30noticias.com.ar -, “Las universidades están aggiornadas a las nuevas tecnologías, lo que pasa es que las currícula de enseñanzas hay que cambiarlas. Los profesores, muchos de ellos, son analógicos en proceso de conversión digital. La facultad no expulsa gente capacitada para un medio digital”.


Como declaró José Elmir, no solamente, los profesores están en proceso de conversión digital. También lo sufren los periodista más experimentados como Gabriel Pennise, que debió adecuarse a las nuevas tecnologías.
Además se debe tener en cuenta, que según un estudio del diario La Nación, sólo el 68 por ciento de los periódicos digitales son manejados por ocho o menos periodistas de entre 20 y 30 años, lo que representaría, en la mayoría de los casos, entre el 5 y el 10 por ciento de la redacción total.
Como dice Ramón Salaverría, - en su ensayo “Diseñando el lenguaje para el ciberperiodismo - “El trabajo de los periodistas digitales se enfoca a la edición y a la redacción, muy poco a realizar notas en los lugares donde ocurre la noticia, y aunque los cronistas no tienen formación académica en esta especialidad, desean adquirirla, en particular en cuanto a la creación de productos multimedia”,
“El periodismo se enfoca, más que nada, a que las notas sean más cortas, por que la gente no tiene tiempo. Los títulos, por ejemplo, ya te dan una idea de la noticia”, explica Elmir.


Solo el 10 por ciento de las páginas web de periódicos latinoamericanos dice actualizar sus noticias 24 horas al día y el 61 por ciento lo hace entre 15 y 20 horas. Durante el fin de semana, solo el 5 por ciento actualiza las 24 horas, mientras que el 67 por ciento lo hace, pero en menos cantidad de horas y el 9 por ciento afirma que no renueva sus noticias. Por su parte, el 78 por ciento actualiza su sitio cuantas veces sean necesarias.
En el medio digital al cual tuvimos acceso se trabaja las 24 horas con cuatro periodistas que rotan, según nos pudo contar el director.


Sallaverría dice que más de la mitad de los periodistas digitales (el 53 por ciento) no tiene formación académica en periodismo digital.Para José Elmir, esto es correcto, aunque para él el porcentaje en mayor. Es por eso, que la Universidad Nacional de Rosario, implementó el postítulo en Periodismo para que los nuevos profesionales puedan ampliar sus conocimientos en las nuevas tecnologías digitales, así lo explica la directora del mismo Mg. Silvana Comba.

El éxito de los periódicos online dependerá de su estructura y contenido los cuales, a su vez, son producto de los conocimientos y habilidades del periodista. La preparación y actualización son básicas en este ámbito para captar la preferencia del lector y enriquecer la información ofrecida.

Tras la formación profesional: Periodismo y Licenciatura

A partir de la inquietud de periodistas con títulos terciarios, que buscaban ampliar y profundizar sus conocimientos, surge en Rosario, el Postítulo en Periodismo y Comunicación con articulación al Título de grado de Licenciado en Periodismo diseñado por la Escuela de Comunicación Social de la UNR logrando canalizar estas incertidumbres y llevar a cabo tan anhelado proyecto.

La directora del Postítulo, Mg. Silvana Comba, nos comenta sobre el surgimiento del mismo:



Lo novedoso del Postítulo radica en la oportunidad de conocer, investigar y producir con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) utilizando los recursos de la multimedialidad, el hipertexto y la interactividad, herramientas excluyentes en el ámbito laboral de un periodista. Laboratorio de Producción Multimedia, una de las asignaturas del plan de estudio, es un claro ejemplo de ello.

La duración del Postítulo es de cuatro cuatrimestres, dos años aproximadamente, distribuidos en 800 horas, cursando los días viernes y sábados en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UNR ubicada en Riobamba y Berutti.

Finalizado y aprobado el cursado así como también el trabajo final integrador se otorgará el Título de grado de Licenciado en Periodismo, título oficial de validez nacional aprobado por Resolución C.D. 1882/02-Res. C.S. 749/02 y por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación-Res. 302/03. Dicho título habilita para continuar con la formación profesional en otros niveles. La Mg Silvana Comba amplía al respecto:



En www.postituloperiodismo.com.ar podes acceder a la información detallada de cada materia con sus correspondientes profesores así como también a los trabajos realizados por los alumnos. Además, en los meses de octubre, noviembre y diciembre se realiza la preinscripción y en febrero la inscripción definitiva.

Trabajo Practico II - Sensei Maidana

Oficios Terrestres


“Difundir aquello que alguien no quiere que se sepa. El resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa; de la neutralidad, los suizos; del justo medio, los filósofos, y de la justicia, los jueces. Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?”


Parte de la trayectoria más fecunda del periodismo, sobre todo en el campo de la prensa escrita, descansó sobre los hombros de una mayoría de periodistas empíricos con un bagaje profesional envidiable.La distinción correcta, si es que se pretende continuar con este juego peligroso, es titulados versus no-titulados, porque a veces existe mas profesionalismo en algunos periodistas empíricos que en ciertos periodistas titulados. La cultura enciclopédica de los periodistas que hicieron carrera durante dos tercios del siglo pasado era inobjetable.
El periodismo es fundamentalmente observación; hay que vivirlo, y como materia viva debe llevar la teoría a la experiencia de lo cotidiano. Resulta difícil separar lo empírico de lo teórico porque la teoría y toda la metodología nace de la observación y la experimentación, por lo que se hace necesario saber que en lo empírico reside el germen de lo teórico.
Por eso,  un periodista no puede fabricarse en una escuela por muy sofisticada que esta sea. El aula te da herramientas, instrumentos que te permiten abrir puertas y bocas cerradas, desentrañar caminos, derrumbar obstáculos, siempre y cuando exista la enorme necesidad de indagar, polemizar, conocer, no conformarse con lo que alguien le dice y salir a buscar otros enfoques. Esas prácticas deben ser parte inseparable de los profesionales de la palabra, deben ser una necesidad y no una imposición, si realmente queremos ser creíbles y consecuentes con el oficio del periodista. Ser periodista es una condición que implica práctica, mucho trabajo y, sobre todo, una alta dosis de vocación.
La función central de la información es dar cuenta del entorno y sus cambios. La conciencia del informador es el espejo en el que se reflejará el mundo cambiante que será traducido a un lenguaje a través del cual los públicos acceden a esa realidad. Los públicos reconstruyen la realidad –y la reinterpretan- desde el texto informativo que reciben. Los trabajadores de la información son codificadores y decodificadores del entorno social. Los informadores no reproducen mecánicamente su entorno. El verdadero y digno trabajo periodístico pasa, en primer lugar, y tras haber adquirido los conocimientos necesarios para saber cómo tratar la información (técnicas, mecanismos y herramientas específicas de la profesión), por realizar un trabajo de acercamiento respetuoso, recogiendo todo lo necesario para tener una idea completa y verídica de lo que se está trabajando. Posteriormente, traducen lo recogido y lo difunden, de manera comprensible y fiel, a la audiencia a la que se dirigen. Para ello, utilizan un lenguaje en el que tratan de verter su comprensión del mundo.El periodista no puede escudarse en la objetividad, tiene el compromiso de decir desde que lugar dice lo que dice, presenta un hecho objetivo pero no un periodista objetivo. No existe un texto que no implique un código y este es el resultado del sistema cultural.
Dar a conocer los problemas sociales que se derivan de las incomprensiones culturales es esencial para crear ciudadanos concientizados que busquen la construcción social a través de la integración de todos sus miembros y no la disgregación y deconstrucción social que provoca la ignorancia.
Analizar fenómenos como la pobreza, la inmigración, la violencia de género, la desigualdad, la incomprensión y la falta de respeto a la diversidad cultural es indispensable para los profesionales de la comunicación e información. Son ellos los que constituyen el primer filtro de la realidad frente a la sociedad, lo que hace más relevante el que sean conscientes de la existencia de estas realidades y que, al abordar los problemas sociales, lo hagan desde unos principios mínimos constructores. 
La información es un servicio público que permite a los ciudadanos conocer y estar al tanto de lo que sucede dentro y fuera de su ámbito de actuación y participación. A través de los medios de comunicación e información se hacen presentes sociedades e individuos que de otra forma no tendrían presencia ni relevancia en el panorama nacional e internacional. Es por ello que los profesionales de la información deben partir de una responsabilidad individual que domine todos sus discursos.

Rodolfo Walsh es el más cabal ejemplo de lo que debe ser un periodista y su deber. Un periodista no puede ni debe esconderse detrás del disfraz de la imparcialidad «objetivista», el deber de cada periodista, como testigo escriba de la realidad no es reportarla solamente sino cargar con ella y admitir que se es parte de la misma. Jamás un periodista puede manejar la información como un biólogo analiza la materia desde un tubo de ensayo, y Walsh marcó ese camino, no sólo con sus escritos, sino con su ejemplo. Walsh era un periodista militante, y en ello dejó la vida.
Se puede afirmar que Walsh, con una enorme formación cultural, estuvo lejos del vedetismo, y Rodolfo Walsh, como decía Oesterheld, era un «héroe en grupo», jamás individual, aunque su obra le merece los lauros que le corresponden como ser humano.
Walsh no sólo hacía periodismo, aunque algunos busquen acotarlo a esa etiqueta ocultando su rol de militante popular. Era también un destacado escritor que supo mezclar la ficción aplicándola a la realidad. En el mundo de las academias de periodismo se enseñaba la obra de Truman Capote, «A sangre fría» (1966) como la primer novela periodística, inaugurando un género que sería explotado de ahí en más. Pero esto fue producto de entregarle el premio a un escritor de un país central. Sin quitarle méritos a Capote, en los últimos años y en el mundo entero, «Operación Masacre» es aceptada como la primer obra en su género y Walsh como fundador del mismo, y camino que seguiría transitando en trabajos como «¿Quién mató a Rosendo?» o «El caso Satanowsky».

Haroldo Conti fue escritor y periodista. Y en esa práctica condensó los mejores rasgos de una serie de influencias operantes en los años cincuenta, sesenta y setenta: la narrativa norteamericana de la generación de Hemingway, Fitzgerald, Steinbeck, Caldwell, Faulkner; el cine italiano neorrealista y escritores como Cesare Pavese y Elio Vittorini, vinculados a la resistencia contra el nazi-fascismo; los jóvenes iracundos ingleses; el existencialismo y su impronta de compromiso político; el nuevo periodismo; la enseñanza del cubano Miguel Barnet, que demostró con Cimarrón que el montaje de un testimonio y la construcción de una historia de vida pueden ser muy buena literatura; el catolicismo que optó por los pobres; el guevarismo.
Pero si lo recordamos es porque aun siendo un hombre paradigmático de su época, trascendió las marcas, los mandatos y los equívocos de esa época de la cual participó tan apasionadamente. Aunque a veces él mismo dudara, aunque tanteara, aunque emborronara y rompiera papel tras papel. Amores, política, periodismo y literatura, se entrelazan de manera inescindible en Conti. Los andariegos, los sin hogar, los que tienen sed de ternura y nostalgia de infinito, los que no se resignan a las derrotas que la sociedad les destina, son personajes privilegiados por su ficción. Su escritura es vida, su vida una escritura, un borrador. Y todo, un río de historias que pasa. Un río por el que boyan, derivan o navegan, sueños, hambre, sed.
A lo largo de su dilatada actividad profesional,Ryzard Kapuscinski fue testigo de un sinfín de acontecimientos mundiales, con una particular atención por la descolonización de África. Vivió 27 revoluciones, estuvo en 12 frentes de guerra y fue condenado cuatro veces a morir fusilado. Era considerado uno de los mejores reporteros del mundo y muchos compañeros de profesión, como el colombiano Gabriel García Márquez, le habían calificado de "maestro". Entre las numerosas distinciones recibidas, Kapuscinski tenía el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. El jurado le concedió en el 2003 el galardón "por su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por la independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje". Asimismo, resaltó el compromiso de Kapuscinski "con los más humildes" y puso sus reportajes como "ejemplo de ética personal y profesional en un mundo en el que la información libre y no manipulada se hace más necesaria que nunca". El trabajo del reportero consiste en rescatar lo verdadero e interesante. En esa búsqueda solitaria todo depende de la gente. Es un oficio que se emprende a solas, pero está a merced de lo que hacen y dicen los demás. Los primeros 15 minutos frente a personas desconocidas y circunstancias nuevas son definitorios. Esos momentos son los que determinan el futuro e incluso parte de la vida. Esa conciencia genera una extraña e intensa sensación. En un ensayo, cierto autor señala que las relaciones se definen en los primeros segundos. Tal impresión lo marca todo. El resto es una continuación de los contactos iniciales. Por ello son tan importantes los primeros encuentros. 






Buscando las fuentes
Leo Graciarena, es periodista, cronista de la sección policiales del diario La Capital, hace referencia aquí al oficio y a la militancia del periodismo:
No hay dudas del poder democratizador de Internet, pero al mismo tiempo creo que “periodismo ciudadano” es un invento de los propios periodistas. Cualquiera puede contar lo que ve. Sin embargo, el periodismo –y de esto no habría que olvidarse- se trata de saber por qué pasan las cosas y qué consecuencias tienen.
Si los diarios vuelven a contar historias y se reconectan con sus lectores, estos mismos lectores estarán dispuestos a pagar por contenido de suprema calidad o serán una muy buena audiencia para publicidad de calidad.
Ya sea en Internet, en tabletas o teléfonos celulares, el público sigue siendo curioso, sigue queriendo saber qué pasa en su barrio, en su país, en el mundo. Siguen a su equipo favorito y les interesa conocer las novedades de los artistas que los hacen reír y llorar.
En Internet hay noticias. Pero pocas historias. Esas son las que están llamados a escribir los periodistas. Aunque en el futuro, no sea en papel.

miércoles, 27 de abril de 2011

De la universidad a los medios: La autogestión como alternativa ante la falta de oferta laboral.



(Grupo: M. Eugenia Arpesella, Martina Mazzía) 

El Eslabón es un periódico rosarino que surgió en 1999 como un proyecto estudiantil, en el seno de la universidad. Desde allí, los estudiantes y trabajadores de prensa que la forjaron, supieron tender puentes, vínculos y compromisos con lo que estaba sucediendo afuera, con la realidad exterior a la institución. Si se quiere, El Eslabón emergió en aquel momento con la intención de enlazar, como su nombre lo denota, dos realidades que no son o no deberían ser ajenas: el aprendizaje académico y el ejercicio mismo de una profesión que no tiene límites. El ejemplo o la alternativa que presupone un proyecto autogestionado, como es en este caso el Eslabón, invita a repensar los caminos a seguir respecto a la inserción laboral en relación de dependencia en los medios ya institucionalizados y, por otro lado, empezar a pensar de qué modo a través de la autogestión se hace sustentable el periodismo en tanto profesión, es decir, como un trabajo. Vale aclarar que el advenimiento de las nuevas tecnologías, que no hacen sino ampliar las posibilidades técnicas del quehacer periodístico, en estos términos no dejan de ser herramientas. Pero las preguntas emergentes entre los estudiantes de periodismo y los trabajadores de prensa y la comunicación que deambulan en los márgenes de los grandes medios concentrados es, dónde y cómo podemos trabajar. La experiencia del Eslabón es una –tan sólo una- de las respuestas a esta cuestión. El punto de partida es la organización, y el trabajo colectivo.
Juan Emilio Basso es uno de los miembros fundadores y actual director de El Eslabón, e integrante de la Cooperativa La Masa, denominada “Fábrica de comunicación autogestionada” que funciona actualmente en la ciudad y produce entre otras cosas, el portal de noticias Redacción Rosario. En primera persona Juane contó el origen de una experiencia que, después de 12 años, sigue en marcha.
“Antes de arrancar, mis compañeros y yo cuando estábamos en la facultad compartíamos discusiones sobre los medios de comunicación social en Rosario, dónde veíamos que todo lo que tenia que ver con la incorporación de periodistas o trabajadores de la comunicación a los medios, era más que de recepción, de expulsión. En ese momento se estaba profundizando el proceso de concentración de medios, encabezado por el grupo Uno de Vila y Manzano, así como el grupo Televisión Litoral. Es decir, que el mapa de la concentración de medios en la ciudad era la misma foto que la de hoy”, indicó Juane respecto a las condiciones tal como estaban dadas, una década atrás en la ciudad. Luego, profundizó:
“La concentración trajo consigo la expulsión de mano de obra, la flexibilización, y esa misma situación generaba las condiciones para una mayor disciplina miento de los trabajadores de prensa, en cuanto a un ajuste en las líneas editoriales de los medios, que forzaba a tener que negociar aún más esa discusión que tiene el periodista con la línea del medio, pero en peores condiciones. En ese contexto nosotros pensábamos que no queríamos ejercer ese periodismo. Queríamos tener la posibilidad de definir qué era para nosotros el recorte de la realidad que queríamos hacer, qué voces incluir y qué agenda pretendíamos construir. Por eso pensamos en hacer un medio propio, por un lado apostando a que sea un medio de vida, el lugar donde pudiéramos ejercer el periodismo que creíamos necesario y al mismo tiempo que sea una fuente de trabajo.”
Con un grupo de jóvenes estudiantes integrado por Julián Lafuente, Jerónimo Principiano, Matías Ayastuy, Rodrigo Miró y el mismo Juane Basso, nació el Eslabón que en septiembre del 99 sacó su primer número.

“En ese origen -explicó Basso- tuvimos una apoyatura muy importante de Gabriel Fernández, director del diario de las Madres, y también por parte de otros referentes de Rosario, Como Alfredo Montenegro y Carlos del Frade. En una instancia previa los consultábamos en cuestiones que tenían que ver con el quehacer periodístico, porque nosotros salvo la experiencia en alguna revista de una agrupación universitaria, no teníamos. Varios de mis compañeros militaban en el Pampillón, y yo en H.I.J.O.S , habíamos hecho nuestra experiencia de prensa pero dentro de esas organizaciones . Cuando la idea de este proyecto era que no fuese orgánico, sino un medio que apunte a instalarse en la ciudad como una alternativa de comunicación, por supuesto con criterios propios y objetivos y no desconociendo que la comunicación tiene una dimensión política muy importante y que es una herramienta que juega en el escenario del conflicto desde algún lugar y ahí nos posicionamos nosotros”.
Precisamente un año más tarde, en el año 2000 se inicia una nueva fase de la concentración de medios en la ciudad y a cuenta de ello, se desató un conflicto muy grande entre los trabajadores de prensa rosarinos y las empresas de medios. En este nuevo contexto, el Eslabón desde la solidaridad y el compromiso se posicionó como medio alternativo en apoyo a los trabajadores, en especial del diario El Ciudadano, con quienes a partir de allí, comparten hasta el día de hoy proyectos y realizan trabajos en conjunto.








"Algunos se integraron al proyecto del Eslabón, otros colaboraban con notas, incluso no sólo de El Ciudadano, sino también trabajadores de La Capital y en algún caso de Rosario 12 que encontraron en el eslabón un lugar donde, en ese contexto se hacia mucho más difícil publicar en los medios donde trabajaban. De repente empezó a aparecer un montón de gente con pseudónimos que tenían información que en sus lugares de trabajo no podían difundir. Algunos también asumieron el rol de editores y se involucraron en el proyecto para hacerlo crecer".

La gestión de un medio autónomo: De la Asociación Civil a la Cooperativa.

Luego de dar introducción a la experiencia de unos estudiantes en materia de medios, Juane apuntó sobre la recta final de la entrevista a las transformaciones que fue sufriendo el Eslabón desde la perspectiva de la autogestión y la posibilidad que se abrió de poder ejercer el periodismo como una fuente de trabajo.
“En determinado momento se hizo necesario darle un marco jurídico al periódico, para cobrar las publicidades e inscribimos a uno de los compañeros como monotributista y facturábamos así. Pero no respondía al espíritu del proyecto, entonces la discusión se centro en la alternativa de hacer una cooperativa o una asociación civil. La cooperativa en aquel momento nos implicaba muchos desafíos, sobre todo desde el financiamiento y un montón de procedimientos que de entrada nos dio miedo, en cambio la asociación civil respetaba nuestra idea del eslabón como un proyecto de comunicación y que no tiene como objetivo central lo empresarial-comercial, sino que además nos permitía desarrollar otros proyectos que tienen que ver con nuestra vocación de fomentar el desarrollo de experiencias de comunicación populares, colectivas. A partir de ahí, creamos la Asociación Civil Cadena Informativa. También con el tiempo esa figura que adoptamos nos presentó algunas limitaciones, precisamente en cuanto a que el Eslabón no generaba necesariamente una fuente de ingresos para los que la producíamos. Una asociación civil sin fines de lucro, no tiene como objetivo retribuirle a quienes realizan y sostienen la actividad, porque se trata de un objetivo comunicacional, desde el plano de lo ideológico. La cooperativa con el tiempo, nos pareció ser una alternativa que cruza ese límite que tiene una asociación civil, en tanto que la primera es ante todo una empresa, una empresa social gestionada por sus propios trabajadores, que tiene como objetivo generar puestos de trabajo.
La experiencia que estamos teniendo ahora, con la Cooperativa La Masa, encierra desde su concepción algunos debates superadores para los que vivimos la experiencia del Eslabón, y hay un vinculo muy importante porque los cinco o seis compañeros que formamos el núcleo que sostiene el proyecto del Eslabón, más allá de los colaboradores, todos integramos la cooperativa, pero sobre todo junto a muchos de los compañeros de El Ciudadano que conocimos en aquel contexto de conflicto con el Grupo Uno, sobre todo porque es allí mismo donde nace el impulso de organizarnos y trabajar juntos, apostando a crear nuestro propio medio”.