lunes, 30 de mayo de 2011

Trabajo Final."Deliso Antonio Berni, pintor rosarino"


“Tengo el amor que cotidianamente vivo con Sunula. Pero a través del arte, manifiesto otro amor, del que también forma parte seguramente el amor por mi mujer. El amor a la justicia, el amor a la libertad, son otras formas de amor. Si no hay amor que transmitir, no hay pintura, no hay arte, no hay vida.” Berni.


Grabados, xilocollage, acrílico, óleo, son varias las técnicas y recursos empleados por Deliso Antonio Berni (1905-1981)  en sus pinturas.

Sus personajes más destacados fueron Juanito Laguna y Ramona Montiel, íconos de una realidad social sobrevenida en la década del 60’. De Juanito Laguna el pintor sostiene: “Juanito Laguna es un chico pobre pero no un pobre chico” y de Ramona Montiel afirma: “Ella es el símbolo de otra realidad social cargada de miseria, ya no en el exclusivo plano material, como en el caso de Juanito, sino también en el otro, en el espíritu, con sus desequilibrios neuróticos propios de una mujer de su condición social, atrapada por la telaraña de la sociedad de consumo. Ya no son las latitas y las maderas del rezago de los cuadros con el tema de Juanito, sino los vestidos de utilería, las falsas piedras preciosas y el brillo de los metales bañados en oro. Sus aventuras comienzan en fábricas y oficinas, su labor manual pierde importancia, solo se destaca por sus grandes ojos, sus piernas bien contorneadas y sus pantorrillas moldeadas como botellas de champagne. Se inicia en su oficio y descubre que en las relaciones con patrones y gerentes de empresas su cuerpo puede serle mucho más rentable…”[1].

  

Ambos albergan infinitas historias y con ellas ambiguas interpretaciones, se podrá decir de Juanito que es la historia de un chico de condición humilde pero también la de un hijo de padre laburante o la de una familia nómade o la de un pequeño que juega con el barrilete y asiste a la escuela; de Ramona, que es el estereotipo de las mujeres de cabaret, que es una prostituta al mismo tiempo que es costurera y cuyos ingresos no le alcanzan para sobrevivir, que entre sus “amigos” más frecuentes se hayan desde párrocos hasta militares. Lo cierto es que los dos representan una mirada de una argentina que tranquilamente puede ser la de hoy en día. Se podrá decir que Berni los empleó como protesta social y en algunos casos hasta la elaboración de sus obras son su propio reflejo tal es así que para llevar a cabo la serie de Juanito Laguna el pintor rosarino utilizó los propios desechos de la villa miseria: “Una tarde nubosa y fría, mientras recorría la villa miseria de Juanito se produjo un cambio radical en mi vida (…) venía de descubrir en las calles sin pavimento y en los baldíos, una dispersión de materiales abandonados que componían el auténtico ambiente de Juanito Laguna: maderas usadas, botellas vacías, hierros, cajas de cartón (…) A partir de ese día cada vez fui menos a comprar pomos de colores porque, en el suburbio donde habitaba Juanito, podía encontrar los componentes de mis telas: así comencé el ciclo de collages con la historia de Juanito Laguna”[2].   

Otra de sus facetas es la de su labor como fotógrafo halla por la década del ‘30 cuando las ollas populares, las revueltas sociales, los reclamos laborales eran moneda corriente, lo que Berni va a hacer es trasladar esas imágenes a un lienzo de inusuales características de 2 metros de largo, realizado en tela arpillera a modo de mural sin pensarlo iba a instalar  un nuevo movimiento artístico en nuestro país: el Muralismo, la idea era llevar la pintura a la calle, a la clase popular, proyecto ambicioso que finalmente no prospera y solo encuentra lugar en el subsuelo de la casa del entonces dueño del periódico Ámbito Financiero, Natalio Botana. 

Antonio también tiene la particularidad de ser el primer pintor latinoamericano y argentino en obtener el Gran Premio de Grabado y Dibujo en la XXXI Bienal, la exposición de arte más antigua y reconocida mundialmente, realizada en aquel entonces en Venecia en 1962. El artista logró consagrarse a través de la presentación de Grabados sobre  Juanito Laguna.  

Otras de las temáticas abordadas por este artista es la pertinente al consumo, obras  como “La espera”, “Aeropuerto” reflejan el auge de la publicidad y el nuevo mercado que tiene como epicentro a los Estados Unidos en la década del 70 para ello va a emplear en sus pinturas el acrílico.

Otro de sus ejes va a tener como protagonista la imagen de Jesús crucificado: “Cristo en el garage”, “Cristo en el departamento” son una muestra de las mismas. 

Es sorprendente la magnitud, cantidad de sus obras así como también lo variado de sus temáticas, recursos y técnicas empleadas para llevar a cabo su propósito, un hombre enamorado del arte en sí, no estructurado, fluctuando de un lado a otro si ello significaba una fidelidad en el mensaje que pretendía dar. Berni dedicó toda su vida a la pintura y no se redujo a un único movimiento artístico más bien alternó según la ocasión o el objetivo específico que requería su obra. Deliso Antonio Berni es un claro ejemplo del artista como “productor de cultura”. Por tal razón, Rafael Alberti le dedicó el poema “Berni de Antes y Ahora”[3]:


Enlace audio
Poema de Rafael Alberti: “Antonio Berni de Antes y Ahora”
Intérprete musical: Sting: “They dance alone”.
Locución: Marina Sanginetti.


[1] García, Fernando, “Los ojos. Vida y pasión de Antonio Berni”, Buenos Aires, Planeta, 2005, p. 278-279.
[2] García, Fernando, “Los ojos. Vida y pasión de Antonio Berni”, Buenos Aires, Planeta, 2005, p. 277-278.
[3] García, Fernando, “Los ojos. Vida y pasión de Antonio Berni”, Buenos Aires, Planeta, 2005, p. 300.


Bibliografía consultada:

    Marina Sanginetti
    Comisión B

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